Nuestra Institución

HISTORIA DEL COLEGIO DON BOSCO

El inicio de la Comunidad Salesiana en Centroamérica tiene su principio en la necesidad de la educación en la agricultura. Los Salesianos llegaron el 3 de diciembre de 1897 al Puerto de La Libertad, después de un mes de navegación. Desde sus primeros años aportaron importantes contribuciones a la educación en El Salvador.

A principios de diciembre, el barco baja a los misioneros a un lanchón que los transportó al muelle de La Libertad. Después de varias horas en rústica diligencia, alcanzaron la bonita ciudad de Santa Tecla, talvez sin saber que allí se cimentaría su obra pocos años después. Por entonces, un moderno tren unía la ciudad de las Colinas con la capital, y en él se encaminaron los viajeros el 3 de diciembre, bajo la solícita guía del padre Antonio Dueñas y Argumedo, quien años después sería obispo de San Miguel. Monseñor Adolfo Pérez y Aguilar, el obispo, los colmó de atenciones.

Un notable filántropo de la época, el doctor Ramón García González, fue el patrocinador de esta nueva obra Salesiana en el sector este de San Salvador. Empezó la obra en un simple cobertizo que albergó al oratorio festivo en 1899, cuando los misioneros todavía estaban en «El Modelo». Ya para febrero de 1903 el colegio inició sus clases como una sucursal del Colegio Santa Cecilia, pero en 1904 figuraba como casa independiente. El nombre adoptado fue «Instituto Salesiano Mercedes Peralta» en homenaje a la esposa del culto donante doctor García González. Sus instalaciones siguieron siendo modestísimas hasta que llegó a la Patria el año de gracia de 1911, cuando se celebró el primer centenario del primer grito de Independencia.

El 5 de noviembre, fecha conmemorativa del gran suceso histórico, se puso la primera piedra para las instalaciones del colegio.

El colegio -que posteriormente fue llamado- «Don Bosco» se dedicó a los estudios generales. La calle adyacente recibió el nombre de «Avenida Peralta». Aquel edificio fue semidestruido por el terremoto volcánico del 7 de julio de 1917. Uno nuevo y ampliado fue también averiado por el macrosismo que abatió el Área Metropolitana de San Salvador el 10 de octubre de 1986. Este evento determinó el nuevo destino del colegio en la «Ciudadela Don Bosco» de Soyapango en donde cuenta con bellísimos y seguros edificios. El «Colegio Don Bosco» imparte estudios de educación inicial (3 años), parvularia, básica y media. Sus graduados en más de un siglo han aportado un curso de hombres de bien a la vida salvadoreña.

¿Qué es la Ciudadela Don Bosco?

No era, pues, la hora de pensar en un nuevo y mediano colegio. Era el momento de racionalizar esfuerzos y de buscar una mayor eficacia a partir de la integración de varias instituciones que, incluso, pudieran compartir obras comunes sin perder su identidad; si bien es cierto que el terremoto del 10 de octubre de1986 causó daños a algunos centros educativos salesianos, esto sólo fue el incentivo para pensar más rápido y acelerar nuevos conceptos de centros educativos.

Las razones que fundamentaron la innovación fueron la integración de esfuerzos y recursos, ventajas de la economía de escala e intensidad de la demanda por parte de un área metropolitana cada vez más densa.

Las edificaciones ocupan un área de treinta y tres manzanas en una zona de rápido crecimiento urbano al norte de Soyapango. Como en toda gran obra social, podría decirse que el todo es más que la suma de sus partes, en tanto que la oferta de esta asociación de instituciones es de una riqueza extraordinaria.

Hoy día, el colegio cuenta con más de 2000 estudiantes, incluido el centro escolar. Luego de 25 años de funcionamiento en Ciudadela Don Bosco, ubicada en Cantón Venecia, Km. 1 1/2, Calle a Plan del Pino, está respondiendo a las exigencias y necesidades de la zona claramente popular y donde predomina la población juvenil.

Hemos dado un paso grande: salir al encuentro del joven, forjando en ellos, como decía Don Bosco, “Buenos cristianos y honrados ciudadanos”.

Es así como surgió el concepto de «CIUDADELA DON BOSCO». Ella es el todo, las partes son:


OBRA SALESIANA EN EL MUNDO

Extendidos por todo el mundo, trabajamos en 131 países, ejercemos nuestra acción en centros juveniles, colegios, escuelas de Fformación Profesional, parroquias, centros de asistencia a marginados, escuelas de formación del profesorado, universidades, residencias, misiones, centros de comunicación social y otras presencias al servicio de la juventud. Los Salesianos de Don Bosco algo más de 16.000 repartidos por los cinco continentes y distribuidos en 98 Inspectorías o Provincias religiosas.

Las actividades salesianas están concentradas en sectores orientados a la educación de los jóvenes. Se concretan, sobre todo, en parroquias, centros juveniles y escuelas de educación primaria y secundaria, centros universitarios y, sobre todo, escuelas de formación profesional. Las casas de acogida para chicos de la calle o en riesgo de exclusión, que agrupamos bajo el epígrafe plataformas sociales, se han multiplicado en estos últimos años. También el sector de la comunicación social ha experimentado un notable desarrollo.

A estas obras más representativas y que concentran la mayor parte de la actividad de la Congregación, hay que añadir 67 universidades, 527 residencias e internados para jóvenes, 32 emisoras de radio, 11 centros de televisión, 88 librerías, 48 editoriales y 164 centros de formación de salesianos (noviciados, seminarios, centros de estudios teológicos, etc.).

San Juan Bosco dio origen a un amplio movimiento y a grupos diversos, establecidos y reconocidos oficialmente, que comparten un verdadero parentesco espiritual y una consanguinidad apostólica. La forman grupos de sacerdotes y de seglares, de célibes y de casados, de consagrados y de religiosos, según formas de vida distinta dando un testimonio variado de las bienaventuranzas. Todos ellos forman un conjunto orgánico y vital por la fuerza unificadora del espíritu y misión de San Juan Bosco. Se sienten herederos y portadores de su don.

La Familia Salesiana se inserta en la pastoral de las iglesias locales con una aportación original. Busca el entendimiento y colaboración de otros grupos e instituciones eclesiásticas y civiles para la educación integral, personal y social de los jóvenes y del pueblo, a quienes acompaña mediante la educación en la fe y el trabajo apostólico, hasta que elijan su propia vocación en el mundo y en la Iglesia.