27 de Octubre 2023
Roma, RMG - octubre de 2023 - El póster ganador del concurso del Aguinaldo del Rector Mayor para 2024: "El sueño que hace soñar. Un corazón que transforma a los "lobos" en "corderos"", realizado por la joven artista paraguaya Salmi Medina, ahora está disponible en formato digital para todos. En ANSFlickr y en el sitio sdb.org, se encuentra la versión en los seis idiomas más hablados en la congregación (inglés, español, italiano, francés, portugués y polaco); mientras que para las ediciones en otros idiomas, en OneDrive está disponible el archivo editable en formato .psd.
(ANS - Roma) - Hoy, 24 de noviembre de 2022, se han dado a conocer los dos posters seleccionados por el Rector Mayor, P. Ángel Fernández Artime, para ilustrar el mensaje de su Aguinaldo para 2023: "COMO FERMENTO EN LA FAMILIA HUMANA DE HOY. La dimensión laical de la Familia Don Bosco".
La opción de animar a la Familia Salesiana con dos imágenes diferentes se renueva, por tanto, para un nuevo año, ya que ambas son capaces de representar bien el tema propuesto, potenciando cada una de ellas acentos, estilos y sugerencias diferentes. El primero de los dos carteles, obra de la Oficina de Comunicación Social de la Inspectoría "San Antonio" de Portugal, expresa claramente la laboriosidad y vivacidad de la Familia Salesiana, ayer y hoy, al servicio de los jóvenes de todo el mundo.
La ilustración propuesta se inspira en el afecto y la dimensión familiar que unía a Don Bosco y a Mamá Margarita con los jóvenes recibidos en el Oratorio de Valdocco.
En la presentación del cartel, el artista Nuno Quaresma también explicó los detalles y significados de la imagen:
"Representa, alegóricamente, el coraje humilde y amoroso con el que, a pesar de los limitados recursos, se construyó una Casa, donde el vínculo filial con el fundador, el amor y la fe en Dios, la confianza mutua, la fraternidad y la alegría, fueron terreno fértil para una comunidad que nunca dejó de crecer. La sencillez de los alimentos preparados, en primer plano, y la austeridad de quienes sirven la mesa, a la derecha de la imagen, evocan el milagro de los cinco panes y los dos peces.
En la escena, Don Bosco, Padre y Maestro, guía y organiza a estos jóvenes suyos, hambrientos, necesitados de un pastor que les apoye en la búsqueda en su interior del don de la solidaridad, del celo amoroso por las pequeñas tareas y por el pan compartido, de la conciencia de sí mismos como una buena levadura, que les ayuda a crecer y hace más grande y sabroso el "pan de la Familia Humana".
En el fondo, la ropa colgada para secar, mezclada con el paisaje y el fondo, simboliza a todos los que, aunque no sean visibles, componen esta gran familia.
La luz inunda la imagen, desde el lado derecho, recordándonos que todo lo que es profundamente humano está impregnado del resplandor de lo Divino.
Tanto este como el otro cartel están disponibles en formato digital al final de la página en las lenguas más habladas en la congregación; para las ediciones en otras lenguas, se pone a disposición el archivo editable.
Queridos Hermanos, Hermanas y Amigos,
hace tan solo seis meses, que entregábamos a las Hijas de María Auxiliadora –como manda nuestra tradición desde los tiempos de Don Bosco– y a toda la Familia Salesiana, el Aguinaldo del nuevo año.
Seis meses después, por tanto, se me pide que adelante lo que puede ser el tema orientativo del nuevo año 2022, como piden los diferentes ritmos de los hemisferios donde están las presencias salesianas. Lo hago con gusto en la esperanza de que pueda servir de ayuda.
Evidentemente en 2022, año en el que celebraremos el IV Centenario del aniversario de su muerte, el tema no podría ser otro que el de la Espiritualidad de san Francisco de Sales[1], fuente del espíritu salesiano de Don Bosco, en el que nuestro padre y fundador bebía y se contemplaba en todo momento, en especial cuando se trataba de definir el estilo educativo y evangelizador –por decirlo con palabras de hoy– de la incipiente Congregación Salesiana: «Nos llamaremos Salesianos»[2].
Sabemos que Don Bosco quedó profundamente impresionado por la extraordinaria figura de este santo. Era para él una auténtica inspiración, sobre todo porque era un verdadero pastor, un maestro de caridad, un incansable trabajador por la salvación de las almas.
Siendo joven seminarista, Juan Bosco hizo este propósito antes de su ordenación sacerdotal: «La caridad y la dulzura de san Francisco de Sales me guíen en todo momento». Y en las Memorias del Oratorio Don Bosco declara: «[El Oratorio] comenzó a denominarse de San Francisco de Sales […] porque nuestro ministerio exige gran calma y mansedumbre nos pusimos bajo la protección de este santo, a fin de que obtuviese de Dios la gracia de imitarlo en su extraordinaria mansedumbre y en la conquista de las almas»[3].
Naturalmente, el Aguinaldo de este año será también una magnífica oportunidad para reconocerse y encontrarse en la espiritualidad de san Francisco de Sales y para valorar mucho más las magníficas características que tiene el espíritu salesiano de Don Bosco, así como los preciosos valores de la espiritualidad juvenil salesiana. Sin duda que nos veremos muy reflejados en ellos y nos sentiremos llamados a ser hoy «más salesianos» en nuestra Familia Salesiana, es decir, más llenos del espíritu de san Francisco de Sales, espíritu que impregna nuestra salesianidad como Familia de Don Bosco.
Ser completamente de Dios, viviendo en plenitud la presencia en el mundo
Esta es probablemente la propuesta más «revolucionaria» de san Francisco de Sales. Lo ha expresado con la habitual profundidad y la belleza con la que escribe el papa emérito Benedicto XVI al decir que la gran invitación que san Francisco de Sales hace a los cristianos es la de «ser completamente de Dios, viviendo en plenitud la presencia en el mundo y los deberes del propio estado. “Mi intención es la de instruir a aquellos que viven en la ciudad, en el estado conyugal, en la corte [...]” (Prefacio a la Introducción a la vida devota). El documento con el que el papa Pío IX, más de dos siglos después, lo proclamó doctor de la Iglesia insiste en esta ampliación de la llamada a la perfección, a la santidad. En él se dice: “[la verdadera piedad] ha penetrado hasta el trono de los reyes, en la tienda de los jefes de los ejércitos, en el tribunal de los jueces, en las oficinas, en las tiendas e incluso en las cabañas de los pastores” (Breve Dives in misericordia, 16 de noviembre de 1877). Así nacía la llamada a los laicos, el interés por la consagración de las cosas temporales y por la santificación de lo cotidiano, en los que insistirán el concilio Vaticano II y la espiritualidad de nuestro tiempo. Se manifestaba el ideal de una humanidad reconciliada, en la sintonía entre acción en el mundo y oración, entre condición secular y búsqueda de la perfección, con la ayuda de la gracia de Dios que impregna lo humano y, sin destruirlo, lo purifica, elevándolo a las alturas divinas»[4].
Ciertamente encontramos la fuente de esta espiritualidad en tantas gestos y palabras de nuestro Señor en el Evangelio, y en la sencillez de la propuesta que Don Bosco hizo a sus muchachos, con el lenguaje y en el contexto eclesial del siglo XIX.
Por tanto ¿cómo no estar atentos para que sea también nuestra fuente de inspiración y la propuesta pastoral y espiritual para nuestro presente?
La centralidad del corazón
Durante su formación en París lo que hizo desencadenar en Francisco la conversión fue una lectura profunda del Cantar de los cantares, bajo la guía de un padre benedictino.
Para él es una luz que colorea toda su percepción tanto de Dios como de la vida humana, tanto del camino individual como de las relaciones con cualquier otra persona.
Incluso en el símbolo que elige para la Visitación, podemos ver cómo el corazón es el signo más parlante de toda su herencia humana y espiritual: un corazón atravesado por dos flechas: el amor de Dios y el amor al prójimo, a las que debían de corresponderse también los dos tratados que condensan todo su pensamiento y enseñanza. El primero –El tratado sobre el amor de Dios– es el fruto de su paciente obra de formación para el primer grupo de Salesas: son las conferencias redactadas y reelaboradas en forma de volumen. Es también la base de la formación de María Margarita Alacoque quien, 51 años después de la muerte de Francisco, tuvo las revelaciones que abrieron el camino en la Iglesia a la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Del otro tratado, el del amor al prójimo, solo queda el índice, debido a la prematura muerte de Francisco el 28 de diciembre de 1622, a la edad de 55 años.
El humanismo de Francisco, su deseo y la capacidad de entrar en diálogo con todos, el grandísimo valor que da a la amistad, tan importante para el acompañamiento personal en el modo en que lo interpretará Don Bosco..., todo se construye sobre los sólidos cimientos del corazón, así como lo vivió Francisco.
Entre providencia y amorevolezza
Dos reflejos de su manera de sentir el corazón de Dios y de abrir su corazón a los hermanos, íntimamente relacionados entre sí, son su sentido de la Providencia y su manera de acercarse e interactuar con cada persona, es decir, su proverbial dulzura o amorevolezza.
La confianza en la Providencia tiene raíces que provienen de su formación parisina y en Padua: la «santa indiferencia»: confío sin reservas en el corazón de Dios, y esto me dispone a abrazar cualquier detalle que la secuencia de hechos y circunstancias me presenta delante día a día. No tengo «nada que pedir ni nada que rehusar» respecto a lo que sé que está, en cualquier caso, en las manos de Dios. Pablo miraba en la misma dirección cuando escribió a los Romanos: «Por otra parte, sabemos que a los que aman a Dios todo les sirve para el bien; a los cuales ha llamado conforme a su designio. Porque a los que había conocido de antemano los predestinó a reproducir la imagen de su Hijo, para que él fuera el primogénito entre muchos hermanos» (Rom 8,28-29).
La dulzura del corazón, antes que, de trato, hacia el prójimo, aunque sea antipático, aunque tenga un carácter poco agradable, es un reflejo de la misma confianza, esta vez en lo que respecta al corazón humano, siempre abierto a la acción de Dios y siempre destinado a la plenitud de la vida. Dulzura y amorevolezza son planteamientos misioneros, encaminados a facilitar al máximo posible, en cada circunstancia y situación, este encuentro entre gracia y libertad en el corazón de quien está delante de mí. Por tanto, no es cuestión solo de buenos modales.
Si pensamos en cómo Don Bosco reinterpretó esta amorevolezza en su sistema educativo, se comprende cuán profundas son las motivaciones en las que se alimenta, exactamente como sucedió con san Francisco de Sales.
El tirocinio de la misión en el Chablais y el Da mihi animas de Don Bosco
La dura experiencia de evangelización en el Chablais entre 1593 (discurso del preboste) y 1596 (las misas de Navidad en Thonon) es donde la misión da el tono concreto a toda su vida. Es tremendamente difícil («aquí todos tienen insultos en los labios y piedras en las manos»), pero es una crisis que hace crecer y transforma, ante todo al misionero, incluso antes que a sus destinatarios.
También es muy interesante leer aquellos años como una pedagogía eucarística. La eucaristía visible, celebrada, con gran concurrencia de pueblo, llevada en procesión... después de años de vacío (Navidad 1596...), es el punto de llegada de un largo desierto, donde es él quien vive de la eucaristía y se hace su presencia de manera escondida, entre la gente que antes era hostil, a la que se aproxima y se hace amigo, uno por uno.
Teniendo en cuenta que nuestras presencias salesianas están mayoritariamente entre los no católicos, esta espiritualidad eucarística se vuelve profética: desde el interior del misionero alcanza con gran paciencia y perseverancia a aquellos a quienes se ha enviado, sin renunciar al anuncio explícito, pero sabiendo esperar los largos tiempos de Dios, y no esperando que los fieles llenen la iglesia, sino mezclándose con el rebaño donde sea y como sea ...
Y con la Eucaristía y en la misma longitud de onda se colocan la centralidad de la cruz y la confianza en María.
Todo esto nos habla de la pasión educativa y evangelizadora de Don Bosco quien, en la presencia del Señor en la Eucaristía y en la fuerte presencia de Maria en la vida del Oratorio, en medio de sus muchachos, encontraba la fuerza cotidiana para hacer realidad el Da mihi animas, cetera tolle.
Pero ¿cómo comunicar?
Francisco de Sales es el santo patrón de los periodistas. Vale la pena captar su carisma de comunicador, donde existe un espléndido acuerdo entre, por un lado, el amor y el interés por la reflexión, la cultura, el humanismo en sus más bellas expresiones, para promover, alentar, armonizar creando y fomentando el diálogo entre los que son más capaces y más ricos en estos campos y, por otro lado, Francisco de Sales es un maestro de la comunicación para todos, un gran divulgador por los medios y por las condiciones en que vivía. Basta pensar en la enorme cantidad de cartas en las que se condensó una parte, ciertamente no secundaria, de su apostolado de obispo y de Santo.
También en esto tenemos en Don Bosco un discípulo que sigue el celo del maestro, con los nuevos medios a su disposición (la prensa popular «de masas»): 318 obras publicadas por Don Bosco en 40 años... en promedio, una obra cada menos de dos meses. Y al mismo tiempo es para nosotros un mensaje de gran actualidad y un verdadero desafío, en el mundo actual donde la comunicación está en el centro de la realidad.
Francisco de Sales en el modo de acompañar a los jóvenes de Don Bosco: los carismas florecen y dan fruto el uno en el otro.
Hay una verdadera «comunión de los santos» en el arte educativo y espiritual de Don Bosco, que no nace de la nada, sino que se nutre de raíces profundas, obra del Espíritu en la historia de la Iglesia que le ha precedido. No es un añadido ni una réplica: es más bien un nuevo florecer y dar fruto que se alimenta de esa obra del Espíritu que ha vivificado a la Iglesia con Francisco de Asís e Ignacio, con Domingo y Teresa de Ávila.
Una hermosa propuesta para el hoy de la Iglesia, y sin duda de la Familia Salesiana de Don Bosco, es precisamente la de crecer en el arte de acompañar en el camino de la fe, especialmente a tantos muchachos, muchachas y jóvenes del mundo que no conocen a Dios y, al mismo tiempo, tienen hambre y sed de él, muchas veces, sin saberlo. Es muy «salesiano» sentir y creer verdaderamente que cada persona necesita «un amigo del alma»[5] en quien encontrar consejo, ayuda, guía y amistad.
Concluyo estas sintéticas líneas, por las que podrá discurrir el Aguinaldo de 2022 para toda la Familia Salesiana de Don Bosco en el mundo, con la invitación que nos hace, al final de su alocución el papa Benedicto XVI, pidiéndonos que sigamos en «espíritu de libertad» el testimonio ejemplar de san Francisco de Sales, verdadero ejemplo de ese humanismo cristiano que nos hace sentir que solo en Dios se encuentra la satisfacción del deseo y de la nostalgia que sentimos por Él: «Queridos hermanos y hermanas, en un tiempo como el nuestro que busca la libertad, incluso con violencia e inquietud, no se debe perder la actualidad de este gran maestro de espiritualidad y de paz, que lega a sus discípulos el “espíritu de libertad”, la verdadera, como culmen de una enseñanza fascinante y completa sobre la realidad del amor. San Francisco de Sales es un testigo ejemplar del humanismo cristiano. Con su estilo familiar, con parábolas que tienen a menudo el batir de alas de la poesía, recuerda que el hombre lleva inscrita en lo más profundo de su ser la nostalgia de Dios y que sólo en Él encuentra la verdadera alegría y su realización más plena»[6].
Don Ángel Fernández Artime, SDB
Rector Mayor
Roma, 22 de julio de 2021
[1] Cf. San Francisco de Sales a Juana Francisca de Chantal: «Pues la regla de nuestra obediencia escrita en grandes letras es la siguiente: HAY QUE HACER TODO POR AMOR Y NADA POR LA FUERZA. HAY QUE AMAR MÁS LA OBEDIENCIA QUE TEMER LA DESOBEDIENCIA. Le dejo el espíritu de libertad, no el que excluye la obediencia, que esa es la libertad de la carne, sino el que excluye la coacción, el escrúpulo o la solicitud inmoderada» (Carta 234 a Juana Francisca de Chantal, el 14 de octubre de 1604, en Oeuvres de saint François de Sales, XII, 359 cit. en E. Alburquerque Frutos, Dirección y amistad espiritual. Cartas de San Francisco di Sales a Santa Juana Francisca de Chantal, Editorial CCS, Madrid 2008, 2008, 44).
[2] Cf. P. Chávez Villanueva, Salesiani da centocinquant’anni, Roma, LEV 2019, 40.
[3] J. Bosco, Memorias del Oratorio de S. Francisco de Sales de 1815 a 1855, en Instituto Histórico Salesiano, Fuentes salesianas. Don Bosco y su obra, Editorial CCS, Madrid 2015, 1123.
[4] Benedicto XVI, Audiencia General, Roma 2 de marzo de 2011.
[5] J. Bosco, op. cit., 1069.
[6] Benedicto XVI, Audiencia General, Roma 2 de marzo de 2011.
(ANS – Roma) – «Movidos por la esperanza: “Eh aquí, yo hago nuevas todas las cosas” (Ap 21,5)», este es el título que el Rector Mayor, el padre Ángel Fernández Artime, ha elegido para el tema del Aguinaldo del 2021. Como todos los años, su mensaje está acompañado por un afiche que traduce gráficamente sus intuiciones y los directivas que el Padre y centro de unidad de la Familia Salesiana ofrece a todos los seguidores de Don Bosco y que será enviado a las casas salesianas de todo el mundo, justamente en estos días.
Dando continuación al camino emprendido hace algunos años, el de encargar la elaboración del poster del Aguinaldo a artistas de diversos contextos y orígenes geográficos - de manera que recojan cada vez las diversas sensibilidades presentes en el universo salesiano - el Dicasterio de Comunicación Social quiso privilegiar para esta edición las percepciones de América Latina.
Entre los varios borradores propuestos resultó vencedor el del dibujante argentino Gustavo Daguerre, 41 años de edad y una vida entera en los ambientes salesianos, que actualmente trabaja como coordinador pastoral en un instituto de las Hijas de María Auxiliadora y que ya en el pasado ilustró las páginas del Boletín salesiano nacional.
A continuación cómo el dibujante presenta el afiche:
“Cuando conocí la frase que acompañaría el aguinaldo 2021: “Nos mueve la Esperanza… Haré nuevas todas las cosas”, pensé en la necesidad de ofrecer mediante la imagen, lo que para mí es contundente en esa oración… ESPERANZA. Y nosotros, como comunidad de creyentes nuestra esperanza esta puesta en Jesús. A menudo escuchamos en estos tiempos que nos tocan vivir, que la gente está desahuciada. Bastó una pandemia para que la humanidad “tiemble” y se vuelva mucho más vulnerable. Y en esa humanidad lastimada están incluidos nuestros jóvenes… los privilegiados de nuestro carisma.
Es por eso, y “rezando” la imagen, Jesús está en el medio, sosteniendo, levantando no solo tendiendo su mano, sino también con la mirada comprensiva que dignifica. Un ambiente que tiende a convertirse, de un escenario gris, oscuro, denso a otro lleno de color, con la claridad necesaria para ver en los rostros de quienes nos reciben, el testimonio de Cristo.
Que nuestro gran desafío como familia Salesiana sea sencillamente ser signos de Esperanza, de poner luz y color, de mirar con la mirada comprensiva, de seguir sanando y acompañando lo que esta pandemia lastimó, de seguir estando atentos a las necesidades de los demás como nos enseñaron Madre Mazzarello y Don Bosco”.
El afiche imprimido en cartulina será difundido en estos días y compatiblemente con los servicios postales de los diversos países, llegará a las casas salesianas antes de finales de octubre. Los ilustradores salesianos de todo el mundo podrán además modificar el fondo del póster para representar las diversas realidades locales.
El afiche digital, en los seis idiomas más hablados en la Congregación, se encuentra en la web.
Nos mueve la esperanza.« Quiero hacer nuevas todas las cosas » (AP 21,5)
AGUINALDO 2021 del Rector Mayor P. Ángel Fernández Artime
(Turín, 6 de Octubre 2020) – El Capítulo General 27º solicitó al Superior General de los Salesianos, el Rector Mayor, y a su Consejo, tomar en mano los lugares salesianos y hacer algo especial para el mundo que sigue al Santo de los Jóvenes. Este pedido dio origen a una realidad nueva: el Museo Casa Don Bosco, inaugurado solemnemente el fin de semana pasado en Turín-Valdocco, con tres días de eventos.
En las “Camerette di Don Bosco” (pequeñas habitaciones de Don Bosco), donde se podía observar la presencia del Santo, hoy los visitadores pueden conocer detalles de la realidad de la Casa Pinardi, el primer lugar del Oratorio de Don Bosco. “Aquí en estos corredores pasaron 11 personas que la Iglesia reconoce como venerables, beatos o santos: esto significa que Valdocco fue una escuela de humanidad y de santidad y nosotros queremos transmitir este patrimonio al mundo”, ha explicado el Rector Mayor, padre Ángel Fernández Artime en la conferencia de prensa de presentación del nuevo museo.
El Rector Mayor además ha comunicado que en la óptica de valorización de Valdocco como custodia de la memoria histórica salesiana, los documentos más importantes sobre los orígenes de la Congregación serán transferidos, del Archivo Central al Museo Casa Don Bosco.
Siempre en la conferencia de prensa intervino el crítico de arte Vittorio Sgarbi, exalumno italiano del instituto salesiano de la ciudad de Este. “Hay varios tipos de santos. Para muchos la dimensión humana es sublimada por la canonización, mientras que en Don Bosco queda tal cual, humano, resulta difícil llamarlo San Juan Bosco...”. Y sobre la nueva estructura del museo “con soluciones eficaces” ha observado: “No hay cuadros de Tiépolo, Picasso o Giotto, pero una narración: la vida, la educación, los libros leídos, las estampas, el culto...”.
El segundo día, el sábado 3 de octubre, en cambio fue dedicado a las autoridades institucionales. Además del Rector Mayor intervinieron Ana Laura Orrico y los responsables de los trabajos arquitectónicos y de los proyectos museográficos y museológicos. El rico abanico de autoridades contó con la presencia de algunos embajadores de países latinoamericanos fuertemente marcados por la presencia salesiana, como Ecuador, Panamá, Costa Rica, Colombia, Guatemala, Brasil, México y El Salvador.
El día de domingo 4, después de la solemne Eucaristía presidida por el Rector Mayor en la Basílica de María Auxiliadora, se realizó la apertura al público del “Museo Casa Don Bosco”.
“Hemos tratado de representar este largo itinerario de santidad juvenil, a partir de 1846, en el interior del Museo Casa Don Bosco... La comunidad salesiana de Valdocco tiene la alegría de poner a disposición de todos ustedes y del mundo entero esta perla preciosa que dará testimonio de la grandeza de Don Bosco”, aseguró en la ocasión el padre Cristian Besso, responsable del proyecto museológico, junto a la directora del Museo, Stefania De Vita.
A continuación el Rector Mayor realizó el simbólico corte de la cinta, acompañado por la madre general de las Hijas de María Auxiliadora, Yvonne Reungoat, y de su predecesor en la guía de la Congregación, el padre mexicano Pascual Chávez.
NOS MUEVE LA ESPERANZA:
“Quiero hacer nuevas todas las cosas” (Ap. 21,5)”
Presentación:
Como cada año en estas semanas hago llegar a todas las Inspectorías de la Congregación Salesiana y a toda nuestra Familia Salesiana el LEMA o título elegido para el Aguinaldo (Strenna del nuevo año). Si bien aún faltan cinco meses para el final del año, las programaciones del nuevo curso académico y educativo piden hacerlo con esta antelación previa al inicio del año natural. Lo hago con sumo gusto.
Al mismo tiempo las líneas que ofrezco no son, naturalmente, el contenido del Aguinaldo (Strenna), sino algunas de las ideas de lo que será el hilo conductor de la misma, aspecto que considero suficiente para intuir por donde irá la reflexión y las líneas pastorales.
UNA REALIDAD MUNDIAL QUE NOS ENVUELVE y que NO SE PUEDE IGNORAR.
Al pensar en el mensaje que nos puede unificar como Familia Salesiana en este año 2021 es imposible no tener en cuenta que desde hace muchos meses, en mayor o menor medida, el mundo, las naciones todas están, si no paralizadas (aunque muchas sí), ciertamente bloqueadas. No se puede viajar, no son posibles muchas de las actividades internacionales o mundiales. Esta aldea global ha vuelto a ser, seguramente por un tiempo, una conjunción de muchas ‘aldeas’ que se miran unas a otras con desconfianza. Habían caído muros y por ‘protección’ se levantan más fuertemente las fronteras.
Ante esta realidad se pueden repetir los miles y miles de mensajes que hablan de que esto lo superaremos, que debemos creer en nosotros mismos, que somos fuertes, que el orgullo de cada nación ha superado situaciones peores etc… Muchos de estos mensajes, que son más bien una mentalidad, un modo de entender la realidad actual, tienen mucho de “Prometeico”, como en el mito griego en el cual uno por sí mismo es capaz de rehacerse, reinventarse, sacar fuerzas de la flaqueza para superar la adversidad, y tiene mucho de pagano. Muchos de los mensajes no tienen nada que ver con el sentido de la vida, de las vidas, y mucho menos de Dios en el recorrido que hacemos de nuestra historia hoy y aquí.
Pero esta no es nuestra mirada como Familia Salesiana, ni el mensaje que queremos transmitir en todas las miles de presencias del mundo en el que nos encontramos como tal Familia.
Por eso nuestro mensaje subraya y enfatiza que ante esta realidad dura, dolorosa y de pesantes consecuencias, seguimos expresando nuestra certeza de que nos mueve la esperanza porque Dios en su Espíritu sigue haciendo “nuevas todas las cosas”.
El Papa Francisco ha invitado al mundo a contagiarse con “los anticuerpos necesarios de la justicia, la caridad y la solidaridad” para la reconstrucción en el día después de la pandemia.[1]
Es innegable cuánto dolor se está viviendo en el mundo en este momento. Innegable cuántos millones de pobres son los más afectados, incluso perdiendo la vida. Se nos invita a mantener distancias de seguridad pero ¿podemos imaginarnos qué distancia de seguridad pueden tener cuantos viven en las favelas, en las villas miseria, en las cercanías a los vertederos… La pérdida de trabajo golpea a millones de familias, el luto que no se pudo hacer deja doloridos millones de corazones; la pobreza que se vislumbra (a veces el hambre) golpea, desorienta, paraliza y amenaza con sepultar toda esperanza.
DON BOSCO NO NOS ES LEJANO ANTE ESTAS SITUACIONES PUESTO QUE ÉL MISMO LAS VIVIÓ
Haremos referencia a nuestro Padre Don Bosco porque él mismo a lo largo de su vida, tuvo que enfrentar la dureza de tantas situaciones, tantas tragedias y dolores; y es un maestro en el mostrarnos cómo el camino de Fe y de Esperanza no sólo iluminan sino que dan la fuerza necesaria para transformar las realidades adversas, o al menos hacerlo hasta donde sea posible. Él se ha distinguido por tener una tenacidad extraordinaria y una mirada realmente especial y profunda. Sabía mirar más allá de los problemas. La situación del cólera fue una situación (a nivel local) similar a lo que se vive ahora en cada país. Y como educador y pastor acompañó la situación junto con sus muchachos. Ya en su tiempo había personas que se preocupaban solamente de que a ellos no les alcanzara. En cambio Don Bosco y sus muchachos, como otros muchos, se pusieron ‘manos a la obra’ para ayudar a superar la tragedia. Pero de esa mirada profunda y de fe y esperanza se puede hablar a lo largo de toda la historia de su vida: dejar a su madre y su casa, vivir con ‘chico de café’ para estudiar en Chieri, afrontar soledad y penurias; llorar y sentir gran dolor por no saber adonde llevar y recoger a sus muchachos en las tardes de Oratorio hasta encontrarse en Pinardi… Todo esto nos confirma cómo Don Bosco vivió movido por la virtud de la Esperanza.
UN MOVIMIENTO DEL ESPÍRITU CAPAZ DE “HACER NUEVAS TODAS LAS COSAS” (AP. 21,5)
La fe cristiana nos muestra permanentemente cómo Dios a través de su Espíritu sigue acompañando la historia del ser humano, hasta en las más diversas adversidades. Ese Dios que no padece pero que se compadece, según la hermosa expresión de San Bernardo de Claraval “Impassibilis est Deus, sed non incompassibilis”(Dios no puede padecer, pero puede compadecer”[2]. En la historia de la Salvación Dios jamás abandona a su pueblo, está siempre junto a él, de modo particular cuando el dolor se hace más fuerte y presente. “Mirad que realizo algo nuevo, ya está brotando, ¿no lo notan?”(Is 43,18b)[3].
Este tiempo y esta realidad serán propicios, sin duda para:
Tomar conciencia del sufrimiento de tantos.
Estar atentos a tantas epidemias constantes y silenciosas como el hambre que tantos padecen, la complicidad ante las guerras, los estilos de vida que enriquecen a unos pocos y empobrecen a millones.
Plantearnos si podemos vivir, quienes más tenemos, con un estilo de vida más sobrio y austero.
Tomarnos en serio que nuestro mundo, la Creación toda sufre, se enferma y se sigue negando la evidencia.
Darnos cuenta de cuan importante es “unir a toda la familia humana en la búsqueda de un desarrollo sostenible e integral”[4].
LECTURA SALESIANA DE ESTE PRESENTE QUE VIVIMOS
Son muchísimas las lecturas que se vienen haciendo de este momento histórico, un momento del que se dice que acontece uno cada cien años. Esas grandes crisis que golpean a la humanidad por uno u otro motivo. Ni las guerras más cruentas han sido tan ‘mundiales’ como lo es esta situación que vivimos pero, ¿qué respuesta se puede dar?, ¿qué contribución podemos hacer como familia salesiana?; ¿qué valores evangélicos, leído éste con mirada salesiana, sentimos que podemos ofrecer?; ¿Cómo educadores que somos, cómo podemos ofrecer como alternativa un ‘educar a la esperanza’?
Procesos alternativos a la cultura dominante. Cambio de valores y de mirada:
De la Clausura à a la Apertura.
Del Individualismo -à a la Solidaridad
Del Aislamiento à al auténtico Encuentro humano
De la División à a la Unidad y comunión
Del Pesimismo à a la Esperanza
Del Vacío y sin sentido à a la Trascendencia
4.2 Dios nos habla a través de tantas personas que han sabido ver y vivir con Esperanza.
En situaciones límite Dios sigue hablando a través del corazón de personas que miran y responden de modo nuevo y diverso.
La Santidad Salesiana está llena de modelos en nuestra familia que han sabido ‘vivir movidos por la esperanza’ (Beatos Stefano Sandor y Magdalena Morano…)
4.3 No nos salvamos solos. Nadie se salva solo.
La intuición de lo que aquí se quiere expresar está en esta misma cita del Papa Francisco: “Si algo hemos podido aprender en todo este tiempo, es que nadie se salva solo. Las fronteras caen, los muros se derrumban y todos los discursos integristas se disuelven ante una presencia casi imperceptible que manifiesta la fragilidad de la que estamos hechos… Es el soplo del Espíritu que abre horizontes, despierta la creatividad y nos renueva en fraternidad para decir presente (o bien, aquí estoy) ante la enorme e impostergable tarea que nos espera. Urge discernir y encontrar el pulso del Espíritu para impulsar junto a otros las dinámicas que puedan testimoniar y canalizar la vida nueva que el Señor quiere generar en este momento concreto de la historia”[5].
4.4 Como Familia Salesiana hemos intentado dar respuestas en la urgencia como signo de caridad y esperanza, y hoy hemos de ser alternativa:
Acompañando a los jóvenes en el camino de tener otros horizontes, nuevas perspectivas.
Aprendiendo a vivir en el “límite” de una sociedad sin límites. Es decir, ayudando a jóvenes y adultos a descubrir la ‘normalidad de vida’ en lo sencillo, en lo auténtico, en lo sobrio, en lo profundo.
Dejándonos interpelar por tantas voces de esperanza de los jóvenes en tiempos difíciles: movimiento ecológico, solidaridad ante los necesitados.
“Lugares” de APRENDIZAJE y de EJERCICIO DE LA ESPERANZA.[6]
La fe y la esperanza caminan juntas. Proponemos la fe como verdadero camino porque “un mundo sin Dios es un mundo sin esperanza” (Cf. Ef 2,12).
La oración como escuela de esperanza y el encuentro personal con el Amor de Jesucristo que nos salva.
La acción, el esfuerzo cotidiano en la vida como lugares de aprendizaje de la esperanza, ya que, en definitiva, cuando el ser humano se pone en movimiento, en acción para transformar una realidad, siempre hay una esperanza que la fundamenta. “Toda actuación seria y recta del hombre es esperanza en acto”[7].
El sufrimiento y el dolor que hay en toda vida humana como puerta necesaria para abrirse a la
En muchas culturas de nuestro mundo de hoy, lo que se pretende esconder y silenciar es la muerte y el sufrimiento; sin embargo, lo que cura al ser humano no es el evitar o esconder este sufrimiento y dolor sino madurar en él y encontrar el sentido de la vida cuando éste no se ve de inmediato o de modo espontaneo. De hecho, “la grandeza de la humanidad está determinada esencialmente por su relación con el sufrimiento y con el que sufre”[8].
El lugar privilegiado de los pobres y excluidos, para el corazón de Dios, y de modo particular para nosotros, Familia Salesiana.
En las más grandes crisis, tantas cosas desaparecen, ‘seguridades’ que creíamos tener, sentidos de la vida que no eran tales. Pero, de hecho, los grandes valores del Evangelio y su verdad permanecen, cuando se caen filosofías y pensamientos oportunistas o del momento. Estos valores no se desvanecen, no se hacen ‘líquidos’, no desaparecen. Por eso no podemos dejar de mostrar quiénes somos como creyentes, no podemos perder nuestra Identidad carismática en las respuestas que hemos de dar ante cualquier situación siendo la Familia Salesiana de Don Bosco.
MARÍA de Nazaret, Madre de Dios, Estrella de la Esperanza
Ella, la Madre, sabe bien lo que es confiar y esperar contra toda esperanza, en el nombre de Dios. Su Sí a Dios despertó todas las esperanzas para la humanidad. Ella experimentó el desvalimiento y la soledad en el nacimiento de su Hijo, guardó en su corazón el anuncio del dolor que traspasaría su corazón (cf. Lc 2,35); ella experimentó el dolor y el sufrimiento de ver a su hijo como ‘signo de contradicción’ incomprendido, repudiado. Conoció la hostilidad y el rechazo a su Hijo hasta verse a los pies de su Cruz en el Gólgota. Pero la Esperanza no había muerto. Y por eso permaneció con los discípulos como madre (“Mujer ahí tienes a tu hijo” (Jn 14,27)), Madre de la Esperanza.
“Santa María, Madre de Dios, Madre nuestra, enséñanos a creer, esperar y amar contigo. Indícanos el camino hacia su reino. Estrella del mar, brilla sobre nosotros y guíanos en nuestro camino”. [9]Amén.
Roma 1 de agosto del 2020
Ángel Fernández Artime, sdb
Rector Mayor
[1] FRANCISCO, ‘Un plan para resucitar’ a la Humanidad tras el coronarivus (PDF), Vida Nueva Digital, 17/04/2020, pp. 7-11
[2] Bernardo de Claraval, Sermonesin Cant. Serm.26,5: PL 183,906
[3] Citado por Francisco, Un plan para resucitar a la humanidad tras el coronavirus…, p.11
[4] Idem, p.11
[5] Idem, p.11
[6] Tomo el título de este paráfrago literalmente como lo escribió el Papa Benedicto XVI en su Carta Encíclina “SPE SALVI”, n. 32
[7] Idem, 35
[8] Ibidem, 38
[9] Ibidem, 50
“Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo” (Mt 6,10)
“BUENOS CRISTIANOS Y HONRADOS CIUDADANOS”
Era el mes de enero cuando presenté a la Familia Salesiana el Aguinaldo 2019 en Valdocco, y ya me están pidiendo el ‘boceto’ del Aguinaldo 2020 para tenerlo al inicio del año académico en algunas partes del mundo.
Lo hago con gusto, pero insistiendo que es solo un esquema con los puntos esenciales que desarrollaré cuando prepare el texto con una reflexión pensada, interiorizada, reposada; profunda y comprensible al mismo tiempo.
Para el 2020 he pensado, después de haber dialogado en la Consulta Mundial de la Familia Salesiana en el mes de mayo en Turín, en proponer un tema que, en forma de binomio de dos términos, encierra la esencia de nuestro educar salesiano. Lo hemos recibido del mismo Don Bosco. Ayudar a nuestros muchachos, muchachas y jóvenes a ser “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.
Nos hace falta profundizar cada vez más en nuestro ser evangelizadores y educadores de la Fe. Se experimenta una cada vez mayor fragilidad, y a veces incapacidad, en ser apóstoles y misioneros de los jóvenes.
Y al mismo tiempo se corre el riesgo de no educar a nuestros jóvenes en un fuerte sentido de ciudadanía, de justicia social y de valores evangélicos que lleven a interiorizar como programa de vida el servicio a los demás, el compromiso en la vida pública, la honestidad personal y la alergia a todo tipo de corrupción, la sensibilidad ante un mundo en movimiento y donde tantos emigran, con una sensibilidad por la creación y la ‘casa común’ que nos ha sido donada, y siempre buscando la defensa de quien es indefenso, de quien no tiene palabra, de quien es descartado.
Si no conseguimos educar con estos valores, me pregunto ¿qué estamos consiguiendo? ¿y qué Evangelización en el nombre de Jesús estamos llevando a cabo…?
Por eso, este empeño educativo es expresión para hoy del “Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo”[1]. Esta es y seguirá siendo una verdadera “Política del Padrenuestro” de Don Bosco.
Deseo que el Aguinaldo nos siga ayudando a tener un hilo conductor en la guía pastoral del nuevo año en cada lugar del mundo.
Bendiciones para todos.
¿Qué queremos decir con "La política del Padrenuestro” en Don Bosco?
Como la referencia a Don Bosco es tan directa y se refiere a uno de los temas más sensibles de su historia `dentro' del contexto socio-político- eclesial en el que vivió, creo que es importante prestar atención a lo que nuestras fuentes expresan sobre este tema. Es necesario tener una idea clara de cómo era para Don Bosco la participación en la "polis" de su tiempo: sus grandes “síes” y sus segurísimos “noes”, que ciertamente no pueden ser extrapolados a nuestro contexto.
El Aguinaldo de este año nos da la oportunidad de reconstruir lo que pensaba Don Bosco y lo que fue su modo de hacer y actuar en medio de sus jóvenes y en su formación para la sociedad en la que se encontraban, cambiante a un ritmo vertiginoso, en plena revolución industrial donde la pobreza llegaba a ser extrema para muchos, inmensa en la desigualdad, terrible en la mendicidad y el abandono de los niños ‘migrantes’; todo ello en la Italia del siglo XIX.
Es muy conocido en las Memorias Biográficas el episodio en el que la expresión (la política del Padre Nuestro) surgió durante un encuentro entre Don Bosco y Pío IX en 1867: El propio Papa, acuciado por el peso de los acontecimientos, llegó a preguntar a Don Bosco con qué política resolvería la delicada situación italiana. Nuestro padre fundador respondió sin dudarlo: - «Mi política es la de Vuestra Santidad. Es la política del Padrenuestro. En el Padrenuestro suplicamos que venga el Reino del Padre celestial sobre la tierra, esto es, que se extienda más, que sea mejor comprendido, más vivo, más poderoso y glorioso: ¡Venga tu Reino! Y esto es lo que importa.»[2].
Pero este pensamiento lo tenemos que entender con profundidad y en todo su alcance (como lo haremos en el desarrollo del texto del Aguinaldo), y que viene iluminado también por otros pensamientos de Don Bosco como el que dice: “Realmente no hacemos política a través de nuestro trabajo; nosotros respetamos a las autoridades establecidas, observamos las leyes que hay que cumplir, pagamos impuestos y seguimos adelante, pidiendo solo que nos dejen hacer el bien a los jóvenes pobres y salvar almas. Si se quiere, nosotros también hacemos política, pero de un modo absolutamente inofensivo, es más, ventajoso para cada gobierno. La política se define a sí misma como la ciencia y el arte de gobernar bien el Estado. Es así que la obra del Oratorio en Italia, Francia, España, América, y en todos los países donde ya se ha establecido, llevándose a cabo especialmente para aliviar a la juventud más necesitada, tiende a reducir el número de indisciplinados y vagabundos; tiende a reducir el número de los pequeños delincuentes y ladrones; tiende a vaciar las cárceles; tiende, en una palabra, a formar buenos ciudadanos, que lejos de molestar a las autoridades públicas serán su apoyo, para mantener el orden, la tranquilidad y la paz en la sociedad. Esta es nuestra política; esto es lo que hemos tratado hasta ahora, esto es lo que trataremos en el futuro. Y es precisamente este método el que ha permitido a Don Bosco hacer el bien primero a vosotros y después a muchos otros jóvenes de todas las edades y países”[3].
Esta misma “política” es la que ha llevado a Don Bosco a dar respuestas eficaces frente a urgencias nuevas y persistentes por el bien de sus muchachos.
BUENOS CRISTIANOS
Viviendo en la fe del Señor y con la guía del Espíritu
Hallamos un pasaje de la carta a los Efesios que expresa la belleza y la grandeza del amor al que estamos llamados; un horizonte que no debe fallar nunca en el contexto en el que seamos enviados. Nada puede quitar la dignidad y la grandeza divina que reposa dentro y delante de cada vida humana como es su destino. El hecho de que sea Pablo quien diga esto, que tuvo ante sí un mundo pagano, hace que estas palabras sean todavía más alentadoras:
Arraigados y fundados en la caridad (Efesios 3:14-19)
“Por eso doblo mis rodillas ante el Padre, de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra, para que os conceda, por la riqueza de su gloria, fortaleceros interiormente, mediante la acción de su Espíritu; que Cristo habite por la fe en sus corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, y se llenen de toda la plenitud de Dios”[4].
Vivir en la escucha de Dios que nos habla y viviendo lo que se anuncia, con la necesidad de Evangelizar y ofrecer el primer anuncio y la catequesis
“Esta sociedad comenzó siendo una simple catequesis"[5]. Esto nos lleva a nuestros orígenes y a nuestras raíces. De Don Bosco hemos aprendido su pasión evangelizadora para acercar a cada muchacho, a cada joven al encuentro con Jesús. Por eso no podremos renunciar nunca a ser evangelizadores de los jóvenes, sabiendo que “la evangelización también busca el crecimiento, que implica tomarse muy en serio a cada persona y el proyecto que Dios tiene sobre ella”[6] (EG 160).
Nuestro ser educadores y evangelizadores de los jóvenes ha de suponer para nosotros, ante todo por propria experiencia personal, que podemos decir a los jóvenes con palabras, gestos, acciones que Dios los ama, que “para Él, eres verdaderamente precioso, no eres insignificante, eres importante para Él”[7].
Verdaderos cristianos y verdaderos educadores hoy con espiritualidad salesiana
Enfatizar una espiritualidad que tiene presente a Dios en la vida diaria.
con una forma de vivir la espiritualidad salesiana donde el ambiente de amistad entre el educador y los jóvenes es una gran ayuda para el crecimiento personal. Con la tradición de San Francisco de Sales creciendo en la fe, incluso teniendo un guía, no será posible si no hay verdadera amistad, es decir, comunicación, influencia mutua; una amistad que llega a ser verdaderamente espiritual.
«La relación entre los formadores salesianos y los jóvenes debe estar marcada por “la mayor cordialidad”, porque “la familiaridad trae amor” y el amor genera confianza. Esto es lo que abre los corazones y los jóvenes lo revelan todo sin miedo (...), porque están seguros de que son amados»[8].
Buenos cristianos como desafío en medio de los ambientes no cristianos
Donde el testimonio de nuestro hermano salesiano P. Tom Uzhunnalil prisionero en Yemen 557 días nos testimonia cómo la propria interioridad espiritual y de fe lo ha mantenido ‘sano de mente y espíritu’ en una situación humana extrema, donde dio testimonio, incluso en el silencio, y sobre todo con su propia vida.
Siendo capaces de un diálogo y un testimonio que resulta profético.
Buenos cristianos en los ambientes post-creyentes o post-cristianos
Un desafío que se concibe como un don precioso que tenemos que ofrecer a la Iglesia y que la Iglesia y el mundo nos piden. Tal vez ninguna familia carismática en la Iglesia involucre un número tan grande de personas, la mayoría de las cuales son jóvenes, y que no son cristianas porque pertenecen a otras religiones o ya a ninguna.
Esta realidad nos pone en camino misionero, único en su potencial, para dar testimonio y ser capaces de Evangelizar. La Iglesia nos pide no solo que demos pasos, sino que seamos precursores en la Iglesia en este frente pionero, donde se juega el futuro de los jóvenes.
Una fe vivida juntos, y “en salida” de nosotros mismos
La dimensión espiritual de toda acción pastoral salesiana debe vivirse y presentarse adecuadamente y sin dicotomías. Tenemos que ‘desinstalarnos’. Debemos tener la valentía de comprometernos, debemos tener un modo de ver y vivir el Padre Nuestro en el mundo, con los demás, dando testimonio de fraternidad humana, que es la razón evangélica de tratar a los demás (de toda época, raza, cultura y religión) por ser hijos del mismo Dios. Llamar y tratar a los demás como hermanos es reconocer a Dios como Padre, y reconocerlo como Padre supone ver a los demás como hermanos.
En esta síntesis vemos la base de toda espiritualidad cristiana que se compromete en hacer del mundo el lugar del encuentro con Dios haciendo posible la construcción de un mundo mejor.
→ El Papa Francisco nos ayuda mucho en esto cuando nos dice: «Cuando un encuentro con Dios se llama “éxtasis”, es porque nos saca de nosotros mismos y nos eleva, cautivados por el amor y la belleza de Dios. Pero también podemos ser sacados de nosotros mismos para reconocer la belleza oculta en cada ser humano, su dignidad, su grandeza como imagen de Dios e hijo del Padre. El Espíritu Santo quiere impulsarnos para que salgamos de nosotros mismos, abracemos a los demás con el amor y busquemos su bien. Por lo tanto, siempre es mejor vivir la fe juntos y expresar nuestro amor en una vida comunitaria, compartiendo con otros jóvenes nuestro afecto, nuestro tiempo, nuestra fe y nuestras inquietudes. La Iglesia ofrece muchos espacios diversos para vivir la fe en comunidad, porque todo es más fácil juntos»[9]. (CV 164).
Es una verdadera invitación a vivir siempre con mayor intensidad la eclesiología de la comunión, donde se descubre y valoriza al máximo el DON que cada uno es y tiene en su estado de vida y vocación solo cuando uno “se dona” a los demás y se pone al servicio de los otros, en una “salida” que llega ante todo a los más cercanos.
HONRADOS CIUDADANOS
Los jóvenes nos esperan en la “casa de la vida”
Las expectativas de los jóvenes son cada vez más apremiantes y dramáticas si los miramos con una mirada vasta. Seguramente podemos decir que la población de jóvenes en el mundo nunca ha sido tan grande como lo es hoy y en proporción nunca ha sido tan “pobre y necesitada” como lo es hoy, por el número y quizás incluso por las condiciones de vida.
Se trata, nada menos, que de 'la porción más delicada y preciosa' de la sociedad, como la definió Don Bosco. Por lo tanto, es un campo muy amplio para la Familia Salesiana en el que debemos ayudarnos a mirar juntos.
Creo que existe el riesgo en varios ‘barrios salesianos’ de permanecer fácilmente “dentro de las paredes”, contentos con los que entran por nuestras puertas.
Es el grito de los jóvenes que nos invita a salir al encuentro de los problemas “reales” que tienen ellos: dar sentido a sus vidas, la falta de oportunidades, la formación, la inserción laboral...
Educarnos y educar a nuestros jóvenes en la ciudadanía y en el compromiso social
Como se desprende de los documentos del Sínodo (los tres) hay una justicia y una ciudadanía de la que los jóvenes se están convirtiendo en profetas, que va más allá de la de los Estados a los que pertenecen. Hay más justicia que la que expresan los sistemas jurídicos nacionales y nuestros gobiernos. Hay una ciudadanía del mundo, un hogar común y del futuro, que sin duda pertenece más a las nuevas generaciones que a la nuestra.
Debemos educarnos en la valentía de esta exigente visión de la justicia (Laudato si', Evangelii Gaudium...) que apunta al desarrollo sostenible (los “Objetivos de desarrollo sostenible” de las Naciones Unidas, el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, en particular el reciente sobre las migraciones, que algunas naciones, vergonzosamente, no han firmado).
Y también para hacerse oír en contra de visiones miopes y centradas en intereses más estrechos de la categoría, sobre todo la sensibilidad ecológica de los más jóvenes y la cerrazón de algunos gobiernos sobre estos temas.
Hoy en día hacen falta lideres creíbles en el mundo, y esto también nos cuestiona sobre los procesos educativos que desarrollamos en nuestras presencias.
Educarnos y educar a nuestros jóvenes en el compromiso y en el servicio político
En este punto, creo que hay mucho ‘terreno’ que recuperar ya sea como Iglesia, como Congregación Salesiana y como Familia Salesiana. A pesar de que es una llamada que se repite de forma más o menos fuerte en todos los documentos (desde los sínodos a los Capítulos Generales), de hecho, la “Doctrina Social de la Iglesia”, que es como “la carta magna” de este compromiso, es un poco la "cenicienta" de la acción educativa y pastoral.
Los jóvenes de nuestras presencias y también jóvenes religiosos y religiosas de nuestra Familia Salesiana, se preguntan si el objetivo final de nuestras obras debe ser solo la “producción” de graduados con las mejores calificaciones para una sociedad muy competitiva, sin cuestionar el modelo socioeconómico que se encuentra a la base de todo este planteamiento.
Es también el punto en el que la diversidad del enfoque de Don Bosco se hará sentir siempre con mayor fuerza, justamente para ser fieles a su espíritu hoy debemos usar expresiones casi opuestas a las suyas. El "Padre Nuestro" nos pide que enseñemos a los jóvenes, no solo como individuos, sino como grupo, a ser protagonistas del bien común, incluso en el campo explícitamente administrativo y político.
Se debe entender bien lo que queremos decir por servicio político y cómo un cristiano no puede ‘echarse atrás’.
Será una “larga batalla”, sobre todo con quienes de nosotros somos consagrados y consagradas, ya que no hemos crecido con esta mentalidad, pero se trata de un grito del mundo y de los jóvenes de hoy.
Una luz es la realidad del Voluntariado, como camino gradual y pedagógico para un mayor compromiso con la transformación de la sociedad.
Educarnos a nosotros mismos y educar a nuestros jóvenes con honestidad y manteniéndonos libres de la corrupción
Es verdaderamente grande el potencial que tiene la Familia Salesiana en este campo cobre todo con la presencia de los Salesianos Cooperadores y los Exalumnos presentes en el "mundo", y presentes en la política y en los sectores de mayor influencia.
Es un fuerte llamado a nuestra coherencia interna. Especialmente en nuestra relación entre consagrados y laicos.
Será una oportunidad para dar pasos y para crear o hacer más visible una cultura de ética social.
Sensibles y corresponsables en un mundo en movimiento y migración
Los jóvenes migrantes fueron los primeros destinatarios del Oratorio de Don Bosco.
La mayor parte de la migración de los pueblos nunca fue tan grande a lo largo de la historia como ahora y está formada mayoritariamente por jóvenes. ¿No es una llamada directa a la Familia Salesiana que es la más ampliamente presente en todos los continentes? ¿No deberíamos nosotros llegar a ser ESPECIALISTAS en este campo (invirtiendo en “formación superior", como se hace con la tecnología o la filosofía...)?
Si no somos nosotros los que `creamos cultura’ en este frente de la vida humana que se expandirá más y más en el futuro, ¿quién realizará esta tarea? ¿Quién en la Iglesia debería ser profético en esta situación? ¿Quizás los cartujos?
Me parece que no es una locura pensar en nuestro Movimiento Juvenil Salesiano como un movimiento de jóvenes en movimiento.
Cuidar la casa común como nos piden los jóvenes (Laudato Si’,13)
El compromiso con la casa común (visión de la ecología propuesta por Laudato Si’) no es un compromiso extra: es un horizonte que cuestiona toda nuestra cultura, nuestra fe, nuestro estilo de vida, nuestra misión… la educación y la evangelización. No hay mucho que inventar porque en esto (tanto la ecología como los derechos de los menores) tienen la dirección que debemos seguir y que se encuentra claramente trazada por el Magisterio de la Iglesia desde hace algún tiempo. Esta idea la ha desarrollado con mayor fuerza el Papa Francisco y me pregunto ¿cómo dejarnos convertir?
La ecología integral nos habla también de una propuesta educativa integral tanto en sus valores humanos y como en los valores espirituales.
En la defensa de los derechos humanos y especialmente de los derechos de los menores
Si para algo hemos sido suscitados por el Espíritu Santo en Don Bosco como Familia Salesiana es para donar toda nuestra vida a los menores y a los jóvenes, a los muchachos y a las muchachas del mundo, dando prioridad a los más indefensos, a los más necesitados, a los más frágiles, a los más pobres.
Por ello debemos ser expertos en la defensa de todos los derechos humanos, especialmente cuando se refiere a los “derechos de los menores”, y pedir perdón con lágrimas si es el caso y cuando no lo hemos hecho de esta manera. No podemos ser cómplices de ningún abuso, en la gran extensión de este término: Abuso “de poder, abuso económico, abuso de consciencia, abuso sexual”, tal como se define en el último sínodo sobre “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”[10].
CON EL AUXILIO DE NUESTRA MADRE
La presencia de María, en la sistema educativo de Don Bosco, es de una importancia fundamental que no podemos soslayar.
Don Bosco la presentó a sus muchachos como Inmaculada, como la mujer plena en su sencillez y docilidad, porque vive con gozo el proyecto que Dios tiene con ella. La presentó como Auxiliadora, como madre amorosa, preocupada para que todos sus hijos e hijas logren vivir plenamente el sueño que Dios tiene sobre cada uno.
En la perspectiva de una educación que ayude a los muchachos, muchachas y jóvenes, y a todos nosotros como educadores y evangelizadores de la Familia Salesiana, la presencia de María tiene una dimensión no solo devocional, sino “política”: es la Madre que Auxilia a sus hijos e hijas a vivir de modo pleno su compromiso con Dios y con el mundo creado, nuestra «política del padrenuestro».
Que nuestra Madre Auxiliadora interceda por todos.
Roma, 24 de julio 2019
Ángel Fernández Artime, sdb
Rettor Maggiore
El primero que llamó a la Virgen María con el título de "Auxiliadora" fue San Juan Crisóstomo, en Constantinopla en al año 345, el dice: " Tú, María, eres auxilio potentísimo de Dios".
San Sabas en el año 532 narra que en oriente había una imagen de la Virgen que era llamada "Auxiliadora de los enfermos", porque junto a ella se obraban muchas curaciones.
San Juan Damasceno en el año 749 fue el primero en propagar la jaculatoria: "María Auxiliadora , rogad por nosotros". Y repite: la virgen es "auxiliadora para evitar males y peligros y auxiliadora para conseguir la salvación".
En Ucrania, Rusia, se celebra la fiesta de María Auxiliadora el 1 de octubre desde el año 1030, en ese año libró a la ciudad de la invasión de una terrible tribu de bárbaros paganos.
En el año 1572, el Papa San Pió quinto ordenó que en todo el mundo católico se rezara en las letanias la advocación " María Auxiliadora, rogad, por nosotros", porque en ese año Nuestra Señora libró prodigiosamente en la batalla de lepanto a toda la cristiandad que venía a ser destruida por un ejército mahometano de 282 barcos y 88.000 soldados.
En el año 1600 los católicos del sur de Alemania hicieron una promesa a la Virgen de honrarla con el título de auxiliadora si los libraba de la invasión de los protestantes y hacía que se terminara la terrible guerra de los 30 años. La Madre de Dios les concedió ambos favores y pronto había ya más de 70 capillas con el título de María Auxiliadora de los cristianos.
En 1683 los católicos al obtener inmensa victoria en Viena contra los enemigos de la religión, fundaron la asociación de María Auxiliadora, la cual existe hoy en más de 60 paises.
En 1814, el Papa Pío VII, prisionero del general Napoleón, prometió a la Virgen que el día que llegara a Roma, en libertad, lo declararía fiesta de María Auxiliadora. Inesperadamente el pontífice quedó libre, y llegó a Roma el 24 de mayo. Desde entonces quedó declarado el 24 de mayo como día de María Auxiliadora.
En 1860 la Santísima Virgen se aparece a San Juan Bosco y le dice que quiere ser honrada con el título de "Auxiliadora", y le señala el sitio para que le construya en Turín, Italia, un templo.
Empezó la obra del templo con sus tres monedas de veinte centavos cada una, pero fueron tantos y tan grande los milagros que María Auxiliadora empezó a obtener a favor de sus devotos, que en sólo cuatro años estuvo terminada la Gran Basílica. El Santo solía decir: " Cada ladrillo de este templo corresponde a un milagro de la Santísima Virgen", desde aquel Santuario comienza a extenderse por el mundo la devoción a María bajo el título de Auxiliadora de los Cristianos.
El nombre de Auxiliadora se le daba ya en el año 1030 a la Virgen María, en Ucrania (Rusia), por haber liberado aquella región de la invasión de las tribus paganas. Desde entonces en Ucrania se celebra cada año la fiesta de María Auxiliadora el 1ro de octubre.
Se tiene constancia de que hacia el año 1558 ya figuraba en las letanías que se acostumbraban recitar en el santuario de Loreto Italia.
Esta advocación se hizo fuerte ante la invasión de los turcos en 1571 donde San Pío V la invocó como María Auxiliadota de los Cristianos o con los Príncipes Católicos de Alemania fieles al catolicismo frente a las tesis protestantes o frente a las invasiones turcas sobre Viena en el siglo XVII o, incluso, como mano protectora frente a los caprichos de Napoleón Bonaparte que llevo al Papa Pío VII al destierro, y a su liberación, quiso en 1814 instituir en el 24 de mayo su fiesta litúrgica.
Pero sin duda fue San Juan Bosco, el santo de María Auxiliadora, con el que esta advocación mariana encontró el mejor paladín y trampolín para el desarrollo y popularidad, "No he sido yo, ha sido la Virgen Auxiliadora quien te ha salvado"... "Cada ladrillo de esta iglesia - se refería a la gran Basílica que en su obsequio empezó el 1863 - es una gracia de la Virgen María"...
Pero será exactamente en 1862, en plena madurez de Don Bosco, cuando éste hace la opción mariana definitiva: Auxiliadora. "La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora: los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana".
Desde esa fecha el título de Auxiliadora aparece en la vida de Don Bosco y en su obra como "central y sintetizador". La Auxiliadora es la visión propia que Don Bosco tiene de María. La lectura evangélica que hace de María, la experiencia de su propia vida y la de sus jóvenes salesianos, y su experiencia eclesial le hacer percibir a María como "Auxiliadora del Pueblo de Dios".
En 1863 Don Bosco comienza la construcción de la iglesia en Turín. Todo su capital era de cuarenta céntimos, y esa fue la primera paga que hizo al constructor. Cinco años más tarde, el 9 de junio de 1868, tuvo lugar la consagración del templo. Lo que sorprendió a Don Bosco primero y luego al mundo entero fue que María Auxiliadora se había construido su propia casa, para irradiar desde allí su patrocinio. Don Bosco llegará a decir: "No existe un ladrillo que no sea señal de alguna gracia".
Hoy, salesianos y salesianas, fieles al espíritu de sus fundadores y a través de las diversas obras que llevan entre manos siguen proponiendo como ejemplo, amparo y estímulo en la evangelización de los pueblos el auxilio que viene de Santa María.
Comunicaciones CDB